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Aditivo de yodo

El iodo se encuentra en el agua de mar natural a una concentración que puede variar entre 0,025 a 0,060 ppm. El iodo interviene en multitud de procesos biológicos, sobre todo metabólicos y hormonales. Los corales lo utilizan para sintetizar pigmentos protectores a las radiaciones UV en sus tejidos. También forma parte de sus esqueletos, sobre todo en el caso de las gorgonias. Para el caso de los crustáceos, como gambas y cangrejos, resulta un elemento vital para poder formar nuevos exoesqueletos y crecer. Las macroalgas también necesitan este elemento para su correcto crecimiento y podemos encontrar grandes cantidades de iodo acumulado en sus tejidos. Una carencia de iodo en el acuario puede inhibir por tanto importantes procesos biológicos de nuestros animales y algas. No obstante, hay que advertir que un exceso de iodo en el agua puede resultar tóxico, por lo que no se recomienda sobrepasar los niveles naturales.

 

En el acuario, los niveles de iodo no solo bajan por ser usados en los procesos biológicos mencionados, sino que también es

retirado por el espumador de proteínas, filtración química y bacterias nitrificantes.

 

El iodo lo podemos encontrar de diferentes formas en la Naturaleza. Las dos principales son en forma de Ioduros(I) y en forma de iodatos(IO3). El ioduro es una forma inorgánica del iodo, y está considerada como la más accesible biológicamente para los seres vivos y, además, la más inocua para utilizar en el acuario. Es la forma utilizada en este aditivo.

 

La dosis recomendada es de 1 ml de este aditivo por cada 100 litros de agua del acuario una vez al día si cuentas con espumador o filtración química (carbón activo), o a la semana en caso contrario.

 

Nota: Todos nuestros aditivos están elaborados con sales de calidad PRS, lo que implica una pureza mínima del 99%

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